Suman y siguen los ajustes en la plana periodística de El Mercurio.
Después del alejamiento de algunas plumas emblemáticas -Blanca Arthur, Hermógenes Pérez de Arce, por ejemplo- y de la salida de otros periodistas producto de la crisis, este viernes se produjeron nuevos ajustes en el decano.
Después del alejamiento de algunas plumas emblemáticas -Blanca Arthur, Hermógenes Pérez de Arce, por ejemplo- y de la salida de otros periodistas producto de la crisis, este viernes se produjeron nuevos ajustes en el decano.
Eso sí, no se trata de nuevos despidos, sino que de cambios de jefaturas en algunas secciones de El Mercurio.
Después de casi 5 años al mando del Cuerpo D, Juan Antonio Muñoz abandona el Reportajes para asumir en Espectáculos y Cultura, materia en las cuales tiene una cercanía mayor que con la política contingente.
A Muñoz lo reemplazará el hasta hoy editor de Política, Eduardo Sepúlveda, quien arribó en marzo de 2007 en reemplazo de Blanca Arthur, y quien, de esta manera, suma un nuevo aterrizaje en esa sección tras un paso por el "El Metropolitano" primero, y la revista "Qué Pasa", después.
Ambos cambios, a su vez, implican la salida de Jimena Villegas de la sección de Espectáculos y Cultura (aterrizará en el programa de magíster de El Mercurio-UC) y la asunción de José Luis Santa María (ex académico de la UC, subeditor de la sección y , según dicen, con mucha ascendencia entre los reporteros) en el puesto que deja Sepúlveda.
De acuerdo a lo que contaron voces dentro del decano, las "movidas" de Cristián Zegers se venían gestando hace un par de semanas, pero se concretaron el jueves 28 de mayo a eso de las 14 horas, cuando la plana mayor comenzó a sondear a quienes estarían involucrados en los ajustes.
Asimismo, cuentan que uno de los más contentos con los cambios es Juan Antonio Muñoz, ya que, además de sacarse el peso de conducir un "Reportajes" con menos influencia que su competencia de La Tercera, recuperará para sí y su familia los viernes en la noche y los fines de semana.
Si bien la noticia corrió rápido por los pasillos de El Mercurio, llegó a velocidad del rayo a las dependencias del diario de Copesa, donde -desde Cristián Bofill hacia abajo- hubo una sola lectura de ella: el fin de la pauta magazinesca del Cuerpo D y un intento por recuperar la influencia de antaño.