martes, 27 de enero de 2009

TREEEEPA, TREEEEPA, TREEEPA...

(Al final del post escucha una selección de relatos memorables)
Eran casi las 9 de la noche del viernes 28 de enero de 2006, cuando mi teléfono celular comenzó a sonar. Venía saliendo de "El Mercurio" y la que llamaba era mi mamá. Nada raro por la habitualidad con que suele llamarme, salvo que esa vez su voz quebradiza y desesperada no me dio tiempo para reaccionar. "A tu hermano lo encontraron tirado en el departamento y parece que está muy grave", me disparó antes que le dijera aló.

Como nunca antes en estos tres años, la frase y las imágenes de entonces me han rondado con demasiada intensidad durante estos últimos días. Con ella comencé a despedirme de mi hermano mayor Carlos Alberto Campusano, considerado por muchos como el mejor relator deportivo que ha existido en Chile en los últimos años. Obvio que por mí también, aunque la recomendación viene de muy cerca.

Desde entonces hasta ahora, nunca había querido hablar mucho de Carlos. Ya sea porque en mi familia estos temas no se tocan mucho o porque con él nos separaban algunas diferencias, nunca me había puesto a pensar lo que significó el gordo para mí. Hasta este martes, cuando el “nano” Manzur y Matías Aylwin –dos amigos de la oficina- me dijeron que ocupara este blog para escribir sobre él.

Pero más que hablar del día en que murió, quiero hacer de este post mi forma de agradecerle a Carlos por las muchas cosas que me enseñó y también de la profesión que escogí.

No recuerdo habérselo dicho alguna vez, pero estudié periodismo gracias a él. El gusto por esta profesión lo agarré cuando el me llevaba todos los fines de semana al estadio a ver jugar a la U. Entonces me sentaba detrás suyo en la caseta de transmisión del Estadio Nacional, Santa Laura o El Teniente; y le pedía que me comprara una bebida y un maní. Entonces también me deslumbraba cuando saludaba a Pedro Carcuro, Sergio Levingtone, Vladimiro Mimica y tantos otros, y orgulloso les contaba que quería estudiar la profesión.

Por muchos años quise seguir sus pasos y no fueron pocas las veces que, en la ducha, imitaba la forma en que relataba un gol. Aunque el tiempo hizo que las ganas de dedicarme al periodismo deportivo se diluyeran por el del periodismo político, la pasión, las ganas, la energía y la vocación por este oficio las heredé de él.

Y también otras cosas: las conversaciones de bar y el grupo de amigos por los que uno de juega a mil. “Más que plata, hay que tener amigos porque están contigo cuando los necesitas”, solía repetir cuando evocaba a mi papá.

Podría seguir escribiendo mucho más, pero la idea no es latear. Simplemente rendirle un pequeño homenaje y darle las gracias que muy pocas veces le di.
Relatos de las clasificatorias a Francia 98.
Chile 1, Argetina 1. Buenos Aires. Gol del recientemente fallecido Fernando Cornejo
Chile 2, Paraguay 0. Santiago. Gol de Fabián Estay
Chile 1, Urugay 0. Santiago. Pase de VH. Castañera y gol de Salas
Chile 4, Ecuador 1. Santiago. Gol de Iván Zamorano

lunes, 5 de enero de 2009

Más Sujey Pérez: Educación del 2020

A propósito de la segunda revolución pinguina y el mal estado de los colegios emblemáticos de Santiago, en el último trimestre del año pasado surgió el movimiento Educación 2020 para lograr algo que parece muy sencillo, pero que razones políticas -y también politiqueras- se ha entrampado: mejorar la educación en Chile.

Este fin de semana leí un buen artículo en "La Tercera" (Reportajes, páginas 12-13) que habla sobre la experiencia de Sujey Pérez, una chica de 17 años, habitante de La Pintana, en riesgo social, y que, pese a todo, alcanzó un puntaje en la PSU que le permitirá inscribirse en Derecho en la UCV. Y, con un poco de suerte, en la U. de Chile.

El punto sobre el cual reflexioné es que este caso no debiera ser el único. Sé que mi reflexión no es nueva ni única, y que también podría estar cargada de ideología. Pero se mezcla con el caso personal de dos sobrinos que también acaban de dar la PSU.

Aunque ellos no viven en el ambiente de riesgo social de Sujey, estudiaron en colegios municipales donde la excelencia académica no es la prioridad.

Lo que sigue es un cliché, pero es verdad que me gustaría vivir en un país donde la educación sea más pareja para todos.

Y ya que Insulza se bajó y comenzará la carrera presidencial de verdad, ojalá los candidatos centren la discusión en los cambios que requiere Chile para enmendar el rumbo en 10 años más.

Ojo, sin demagogia ni politiquería, por favor.