lunes, 9 de marzo de 2009

Más empresarios comprometidos con Chile


Apenas retomó sus funciones en La Moneda el lunes pasado, la Presidenta Michelle Bachelet zanjó una discusión que se había levantado en el oficialismo dando una potente señal respecto de donde estarán las preocupaciones del Gobierno este 2009.

Consciente de que el desempleo que trae la crisis económica golpeará a muchos hogares chilenos, ese día la Presidenta marcó el rumbo que tendrá el Ejecutivo en materia laboral y priorizó la aprobación del proyecto de ley que otorga un subsidio al empleo a los jóvenes por sobre la introducción de cambios al mercado laboral.

La decisión de La Moneda es clara. En un año que se avizora como uno de los más duros de las últimas décadas a nivel mundial, la tarea está en proteger los empleos y en redoblar los esfuerzos para que esta crisis no golpee con crudeza a los hogares chilenos.

Originada en la acción de los especuladores, la avaricia y en la ambición sin control, el actual panorama no sólo reflotará la antigua discusión de si es más conveniente el mercado o el Estado, sino que, sobre todo, pondrá a prueba la capacidad de este último para proteger a los ciudadanos que así lo necesiten.

Todas las proyecciones indican que el desempleo superará el 10% en algún momento de 2009. Para que ello no suceda, es indispensable que el Gobierno mantenga la celeridad con que actuado hasta ahora y tome las medidas necesarias en el momento oportuno.

Pero en un escenario tan complejo como el que se viene, el rol del Estado no será suficiente por sí solo. Porque si bien el responsable manejo económico de la Concertación ha permitido aplicar las medidas que ya están en marcha, todos los esfuerzos serán en vano si es que no existe una colaboración similar desde el sector privado.

Tal vez como nunca antes, Chile necesitará del esfuerzo y la unidad de todos los sectores para enfrentar esta crisis. Así como el Estado aplicará planes de contingencia - como la reciente inyección de US$4 mil millones-, desde el sector privado deben surgir más empresarios que vean esta crisis como una oportunidad.

En definitiva, empresarios que actúen en forma anticíclica, que tomen las oportunidades que las crisis de esta magnitud generan, y que no se dejen derrotar por el pesimismo y temor que suelen instalarse en el ambiente.

En la historia de Chile hay muchos de estos casos.

Con un desempleo que bordea el 8% general y el 20.2% entre los jóvenes, es imperativo el trabajo mancomunado entre el Estado y los privados. Chile tiene la oportunidad para enfrentar unidos las dificultades que están por venir.

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